EL IMPERIO NAPOLEÓNICO
Desde 1804 Napoleón Bonaparte decidió convertirse en
emperador. Para ello emprendió, al mando
de un poderoso ejército francés, la conquista de Europa, enfrentando con ello a
Inglaterra, el país más fuerte y poderoso del mundo en ese momento. Los franceses invadieron Italia y la península
ibérica, de tal forma que España y Portugal cayeron bajo su dominio.
Napoleón no se contentó con sus victorias sobre
austriacos, españoles e italianos en el centro de Europa y decidió emprender
una campaña militar contra el imperio ruso.
Desde 1812 ambos países, Francia y Rusia, se vieron envueltos en una
gran guerra.
Los franceses, intentando invadir Rusia, fueron
sorprendidos por el fuerte invierno que golpea cada año a ese país. Esa circunstancia los obligo a retroceder,
perdiendo no solo la oportunidad de invadir Rusia, sino que también, una coalición
de potencias europeas conformada por Rusia, Prusia, Austria e Inglaterra,
derroto a napoleón y lo obligó a huir a la isla Elba, en 1814. Napoleón no se resignó al exilio y retorno
para armar un gran ejército que enfrentase a sus enemigos. Ellos respondieron y lo derrotaron en la
batalla de Waterloo, en 1815. Como prisionero
fue desterrado a la isla de santa helena, donde se dice fue envenenado lentamente,
hasta que murió en 1821.