LA VÍA LÁCTEA
La galaxia de la Vía Láctea o
simplemente Vía Láctea es una galaxia espiral donde se encuentra el Sistema
Solar y, por lo tanto, la Tierra. Según las observaciones, posee una masa de 1012
masas solares y es una espiral barrada. Su diámetro medio se estima en unos 100
000 años luz, equivalentes a casi un trillón y medio (1.42E18) de km ó 9480
millones de Unidades Astronómicas (UA). Se calcula que contiene entre 200 000
millones y 400 000 millones de estrellas. La distancia desde el Sol hasta el
centro de la galaxia es de alrededor de 27.700 años luz (8500 pc), es decir, el
55 % del radio total galáctico. La Vía Láctea forma parte de un conjunto de
unas cuarenta galaxias llamado Grupo Local, y es la segunda más grande y brillante
tras la Galaxia de Andrómeda (aunque puede ser la más masiva, como lo muestra
un estudio reciente).
El nombre Vía Láctea proviene
de la mitología griega y en latín significa camino de leche. Esa es, en efecto,
la apariencia de la banda de luz que rodea el firmamento, y así lo afirma la
mitología griega, explicando que se trata de leche derramada del pecho de la
diosa Hera (Juno para los romanos). Rubens representa la leyenda en su obra El
nacimiento de la Vía Láctea. Sin embargo, ya en la Antigua Grecia, el astrónomo
Demócrito (460 a. C.-370 a. C.) sugirió que aquel haz blanco en el cielo era en
realidad un conglomerado de muchísimas estrellas demasiado tenues
individualmente como para ser reconocidas a simple vista. Su idea, no obstante,
no halla respaldo hasta 1609 d. C. cuando el astrónomo Italiano Galileo Galilei
hace uso del telescopio y constata que Demócrito estaba en lo cierto, ya que a donde
quiera que mirase, aquel se encontraba lleno de estrellas.
La galaxia se divide en tres
partes bien diferenciadas:
Halo
Disco
Bulbo
Halo
El
halo es una estructura esferoidal que envuelve la galaxia. En el halo la
concentración de estrellas es muy baja y apenas tiene nubes de gas, por lo que
carece de regiones con formación estelar. En cambio, es en el halo donde se
encuentran la mayor parte de los cúmulos globulares. Estas formaciones antiguas
son reliquias de la formación galáctica. Estas agrupaciones de estrellas se
debieron formar cuando la galaxia era aún una gran nube de gas que colapsaba y
se iba aplanando cada vez más. Otra característica del halo es la presencia de
gran cantidad de materia oscura. Su existencia se dedujo a partir de anomalías
en la rotación galáctica. Los objetos contenidos en el halo rotan con una
componente perpendicular al plano muy fuerte, cruzando en muchos casos el disco
galáctico. De hecho, es posible encontrar estrellas u otros cuerpos del halo en
el disco. Su procedencia se delata cuando se analiza su velocidad y
trayectoria, así como su metalicidad. Y es que los cuerpos del halo presentan
una componente perpendicular al plano muy acusada, además del hecho de que se
trata de cuerpos que se formaron antes que los del disco. Sus órbitas los
llevan, pues, a cruzar periódicamente el disco. También es muy probable que una
estrella de población II (pobre en metales) pertenezca al halo, pues éstas son
más antiguas que las de población I (ricas en metales) y el halo, como ya se ha
dicho, es una estructura antigua.
Disco
El
disco se compone principalmente de estrellas jóvenes de población I. Es la
parte de la galaxia que más gas contiene y es en él donde aún se dan procesos
de formación estelar. Lo más característico del disco son los brazos espirales,
que son ocho: dos brazos principales Escudo-Centauro y Perseo, así como dos
secundarios —Sagitario y Escuadra— (en vez de cuatro brazos similares entre sí,
como se pensaba antes).
Recientemente
un grupo de astrónomos anunció el descubrimiento de un nuevo brazo espiral en
nuestra galaxia, concretamente un enorme fragmento hasta ahora desconocido; se
cree que el nuevo brazo espiral es, en realidad, el tramo final y más distante
del brazo de Escudo-Centauro, una de las dos ramas principales. De confirmarse,
los autores habrán demostrado que la Vía Láctea posee una sorprendente simetría
en sus formas, ya que este nuevo brazo sería la contraparte simétrica del de
Perseo. Hay que tener en cuenta que nuestra posición en la Vía Láctea —a mitad
de camino entre su centro y su borde y prácticamente en el plano galáctico—
dificulta en gran medida el estudio de la estructura espiral de nuestra
galaxia.
Bulbo
El
bulbo o núcleo galáctico se sitúa en el centro. Es la zona de la galaxia con
mayor densidad de estrellas. Sin embargo, a nivel local se pueden encontrar
algunos cúmulos globulares con densidades superiores. El bulbo tiene una forma
esferoidal achatada y gira como un sólido rígido. También al parecer, en
nuestro centro galáctico, hay un gran agujero negro de unas 2,6 millones de
masas solares que los astrónomos denominaron Sagittarius A, o Sagitario A*. Su
detección fue posible a partir de la observación de un grupo de estrellas que
giraban en torno a un punto oscuro a más de 1500 km/s.
Investigaciones
muy recientes sugieren que nuestra galaxia carece de un bulbo central como el
que tiene la Galaxia de Andrómeda (o si existe es muy pequeño), formado a
partir de la colisión y fusión de galaxias preexistentes, y en su lugar tiene
un pseudobulbo, consecuencia de la formación de una barra en su centro, lo que
la hace similar a NGC 4565.
La
masa concentrada en estrellas de este componente se estima en 20 000 millones
de masas solares, y su luminosidad en 5000 millones de veces la del Sol.