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jueves, 5 de mayo de 2016

EL SABER GEOGRÁFICO, EL SABER DE LA EXTERIORIDAD



EL SABER GEOGRÁFICO, EL SABER DE LA EXTERIORIDAD

Desde que nace, el ser humano empieza a descubrir todo lo que lo rodea.   Y aprende sus formas, colores, olores, sabores, y texturas.  Además interioriza los nombres de las cosas, con los que identifica cada objeto, pues ellos contienen imágenes y significados: si se dice avión, se visualiza un vehículo con grandes alas que vuela.  Todo esto se sabe con pronunciar o escribir solo una palabra.  También aprende a darle un orden a las cosas, a brindar afectos, y lo más importante, establece que puede transformarlas.

Este proceso es la construcción de la exterioridad, base del saber geográfico, pues este trata d darle orden, sentido y significado a todos los fenómenos que ocurren en el mundo.

Como el ser humano es un ser social, los conocimientos elaborados por el parten de compartir experiencias acerca de la exterioridad, es decir, son el resultado de una elaboración social.

Cada sociedad, a través de la historia, ha elaborado un modo propio de comprender, narrar y plasmar su mundo y la manera como lo transforma y lo hace suyo.  Toda comunidad tiene una forma de contar de donde viene, como pueblo su territorio, porque construyo sus viviendas en determinados lugares, o  donde se encuentran los recursos (minerales, vegetales, animales o espirituales) que utiliza en su vida diaria.  De esta forma, los pueblos han generado un saber geográfico o de la exterioridad, que es una manera de darle un significado y un orden al entorno.