LA EVOLUCIÓN DE LA HISTORIA
La historia, en un comienzo, fue considerada como la recolección
de datos relacionados únicamente con personas importantes y los historiadores
eran aquellas personas que sabían de memoria esa información. Así, solo se consideraba historia la información
que serbia para mostrarle al común de la gente quienes eran importantes y quiénes
no. Sin embargo, desde el siglo XIX se planteó
la necesidad de involucrar en la historia a todos los seres humanos y a todas
las sociedades, es decir, de recuperar el pasado de todos y cada uno de ellos.
Esto permitió pensar en la importancia de la memoria
colectiva en la que todos los integrantes de una sociedad se sintieran
identificados y representados.
Así, los acontecimientos por si solos dejaron de tomar
importancia y pasaron a ser remplazados por los procesos históricos. Estos son acontecimientos ligados, unos con
otros, que permiten explicar la forma como las diversas sociedades se han
comportado a lo largo del tiempo. También
empezaron a perder importancia los nombres individuales para ser remplazados
por grupos o colectivos. De esta forma
la historia se convirtió en una ciencia social preocupada por las personas
organizadas en sociedad y no por los seres humanos comportándose aisladamente.